
Uno de los principales atractivos de la costa jurásica asturiana es la extraordinaria cantidad de icnitas, una densidad y variedad de huellas muy poco frecuente en otras partes, incluyendo algunas de un tamaño tan grande que superan a todas las conocidas a nivel mundial. Las visitas guiadas en los concejos de Ribadesella, Colunga y Villaviciosa, comienzan a ser frecuentes gracias a la cordinación y preparación de un personal específico. El acento de las visitas, que tienen lugar sobre todo en temporada estival, se coloca sobre estas huellas. Aunque no se pasa por alto otro tipo de materiales, rastros y fósiles muy abundantes, las icnitas siguen siendo, hoy por hoy, el principal atractivo para los visitantes y las marcas más evidentes del periodo jurásico en Asturias.

Los dinosaurios vivieron aquí hace150 millones de años, y durante muchos de esos millones fueron gestando, como enormes larvas potenciales, otros cuerpos, evolucionando fisiológica y dinámicamente hacia otros prototipos de seres vivos. Las aves actuales resultan su forma más evolucionada. Por el camino lo pisotearon todo. Hubo saurópodos, terópodos... decenas de personajes; todos bípedos o cuadrúpedos, carnívoros o herbíboros, de tamaños miles, y con una "suela" que también variaba notoriamente de unos ejemplares a otros, tanto en tamaño como en forma.
Las rutas a pie que le proponemos a continuación podrían resultar frustadas sino se cuenta con guía, de ahí que unas mínimas notas descriptivas sean necesarias para no pasar por alto los rastros.
La forma de una icnita dependerá en gran medida de la morfología del pie que la ha causado, y también viene dada por otros factores no relacionados con la morfología del pie, por ejemplo: velocidad de progresión, equilibrio del animal, condiciones del sedimento [cohesión, humedad, etc.] y azares de preservación. En resumen, la forma de la huella depende de 4 factores principales: anatomía (forma del pie), sustrato, comportamiento y preservación, que harán que a la variedad en principio ya grande de ejemplares de dinosaurios debamos unir las peculiaridades citadas. Por lo tanto no conviene buscar en la costa la típica huella tridáctila perfectamente definida y marcada.
Es preciso tener en cuenta que una gran cantidad de huellas no se presentan como huecos o depresiones en la roca, sino al revés, como bultos o prominencias. Son lo que se denomina contramoldes. Se trata de huellas que se manifiestan hacia arriba, por efecto de una sedimentación posterior en el tiempo que las fue cubriendo. En las imágenes que ilustran este texto podéis verlos con detalle.

Atendiendo a su modo de locomoción los dinosaurios se pueden clasificar en bípedos y cuadrúpedos. Los primeros, como los terópodos y la mayoría de los ornitópodos caminaban erguidos. Los cuadrúpedos, como los saurópodos y los provistos de cuernos, placas y armaduras, caminaban en cambio utilizando a la vez las extremidades delanteras y traseras. Por lo general, los rastros de dinosaurios cuadrúpedos son más anchos que los de los bípedos como resultado de su diferente estructura corporal. Entre los de hábito cuadrúpedo, los saurópodos son los más comunes, las huellas de las patas son circulares o rectangulares, mientras que las de las manos tienden a ser semilunares.
Tanto los terópodos como los ornitópodos producen rastros generalmente bípedos, constituidos por huellas tridáctilas. La diferencia entre ambos tipos de huellas no siempre resulta sencilla, pero las huellas de terópodos tienden a ser más estilizadas y con dedos más largos y estrechos.

El acceso rodado que nos aproxima a los yacimientos Jurásicos asturianos tiene como principales vías la Autovía del Cantábrico en la vertiente oriental del Principado, a su paso por Ribadesella, Caravia, Colunga y Villaviciosa, así como la carretera comarcal 256 y la Nacional 632, a las que necesariamente nos tendremos que desviar en algún momento para acercarnos más a la costa.

Playa de Merón Villaviciosa
Hay dos alternativas, una es tomando la desviación desde la carretera comarcal As-256 hasta Careñes, donde hay que dejar el coche e ir por un camino descendente que parte de la iglesia del pueblo en dirección a la playa [900 metros]. La otra parte de la desviación de Argüero, siguiendo los carteles indicativos de la playa.
Una vez allí se inicia el recorrido hacia el oeste por el pie del acantilado durante unos 600 metros hasta llegar a un estrato de arenisca de la formación Lastres. Sobre su superficie se conserva el rastro de un saurópodo [cuadrúpedo], formado por 12 huellas consecutivas de manos y pies. También hay icnitas tridáctilas dispersas de bípedos.
Acantilados de Oles Villaviciosa
Partiendo de la comarcal As-256, a la altura de El Gobernador, se toma la desviación que conduce a Oles y Tazones. Al llegar a la primera de estas dos localidades, parte a la izquierda una carretera asfaltada y muy estrecha que se dirige hacia el norte pasando por delante de la iglesia parroquial de Oles, en donde hay un pequeño aparcamiento para dejar el vehículo. Desde ahí parte un camino que debe seguirse 900 metros hasta enlazar con una senda tras un giro de 90 grados hacia el oeste, que acaba justo encima de un amplio estrato de arenisca un poco inclinado hacia el mar.
Hay 12 rastros de dinosaurios bípedos orientados en diversas direcciones. Las rocas pertenecen a la formación Lastres y entre ellas destacan varios estratos de arenisca con superficies onduladas debidas a corrientes de agua y al oleaje jurásicos.
Faro de Tazones Villaviciosa
El panel explicativo está situado en el comienzo de un camino que parte del lado izquierdo de la carretera que conduce al faro. Siguiendo la señalización se accede al acantilado tras un recorrido de 1.300 metros.
Allí mismo, sobre una laja de roca ligeramente inclinada hacia el mar se encuentra la primera huella tridáctila de dinosaurio. A partir de aquí, continuando hacia la derecha [este] se accede a la superficie de un estrato de arenisca, inclinado unos 25 grados hacia el mar, que muestra multitud de icnitas tridáctilas que se cruzan en varias direcciones y constituyen varios rastros, así como una huella de arrastre de cola. Esta constituye un ejemplo raro en el registro fósil, dado que, a diferencia de lo que se pensaba hasta hace poco, los dinosaurios caminaban con la cola erguida para mantener el equilibrio.
En estratos adyacentes con la misma orientación se observan también diversas icnitas de manos y pies de dinosaurios cuadrúpedos, vistos en planta, así como la sección vertical de una de ellas de grandes dimensiones, probablemente de un saurópodo.
Otros 60 metros más allá en la misma dirección, en la pared vertical del acantilado, se ven icnitas de cuadrúpedos con relleno areniscoso a modo de abultamientos en la base de los estratos subhorizontales de la misma composición o aisladas en el interior de margas grises.
Playa de Tazones Villaviciosa
En la playa de Tazones existe un panel explicativo. Partiendo del propio cartel, se sigue por la playa y el cantilado, y a unos 120 metros de aquel, sobre la superficie de un estrato gris, inclinado unos 45 grados, se observan varias icnitas tridáctilas pertenecientes a dinosaurios bípedos, orientadas en varias direcciones. Algunas de ellas constituyen un rastro.
Si continuamos unos 480 metros en la misma dirección, y dentro ya de la Formación Vega, de origen fluvial, se divisa otra huella tridáctila de dinosaurio formando un contramolde en la base de un saliente de arenisca a modo de alero situado a varios metros de altura.
Puerto de Tazones Villaviciosa

En el acantilado del extremo oeste de Tazones y pocos metros después de rebasar el espigón del puerto se observar un magnífico ejemplo de falla vertical dentro de una sucesión alternante de areniscas, lutitas y margas. Unos pocos metros más adelante se pueden ver varios ejemplos de huellas de raíces verticales rodeadas por un halo verde pálido sobre un fondo de roca rojiza que representan paleosuelos jurásicos.
Acantilados de Lastres Colunga
Desde la carretera de la costa N-632 a la altura de Colunga se toma la comarcal As-257 que conduce a Lastres. Rebasada esta localidad y tras recorrer 1,5 kilómetros se llega a Luces, donde se toma un desvío a la derecha por una carretera asfaltada y estrecha que conduce al faro de Lastres. Unos 650 metros antes de llegar al faro, parte de frente un camino por el que debemos recorrer unos 850 metros hasta el pie del acantilado.
Cerca de allí, y un poco al este, se encuentra un bloque suelto de arenisca con dos contramoldes de huellas de dinosaurio, una tridáctila de un bípedo y otra en forma de media luna [saurópodo]. Siguiendo por la base del acantilado hacia el oeste unos 300 metros se accede a unos estratos de arenisca inclinados sobre los que se encuentran varias icnitas tridáctilas y un rastro de saurópodo, éste último bastante desgastado por la acción del mar.
También se pueden observar numerosos fragmentos de troncos fosilizados de árboles jurásicos de hasta 50 cm. de diámetro.
Playa de la Griega Colunga

La ruta comienza muy cerca de Lastres [concejo de Colunga] en el panel explicativo situado en el margen derecho de la ría, inmediatamente después de rebasar el puente que la cruza, muy próximo al camping. A partir de aquí se continúa en dirección al acantilado de la parte oriental de la playa. A la Playa de la Griega se llega desde la N-632, para desviarse a Colunga y allí tomar la carretera que va a la playa de Lastres y también a la de la Griega. Aunque para ir a ésta, hay que tomar una carretera a la derecha. Existe un panel explicativo en el margen derecho de la ría, inmediatamente después de rebasar el puente que la cruza, muy próximo al camping. A partir de aquí, se continúa en dirección al acantilado de la parte oriental de la playa. A unos 500 metros del panel explicativo aparecen en la superficie de un bloque suelto de arenisca roja, dos protuberancias de escala decimétrica que corresponden a contramoldes de una huella de la mano y otra del pie de dinosaurios cuadrúpedos, orientadas en direcciones opuestas.
Siguiendo por el mismo borde del acantilado otros 150 metros se llega a un estrato de arenisca suavemente inclinado hacia el mar cuya superficie está atravesada por diaclasas [grietas de origen tectónico] en varias direcciones. A menos de un metro por encima hay una caliza gris que contiene diminutos fósiles de gasterópodos y diversas depresiones grandes [de hasta 1,3 metros de diámetro] redondeadas. Son icnitas de grandes dinosaurios cuadrúpedos que muestran un reborde periférico abultado. Se trata de las icnitas más grandes de España, y por sus dimensiones se las puede considerar entre las más grandes del mundo. El dinosaurio que las produjo se tenía que tratar de un ejemplar de dimensiones colosales, se trataba de un saurópodo gigantesco cuadrúpedo, cuyo peso podía oscilar en torno a las 100 toneladas. Aparte de éstas, puede observarse un rastro formado por seis huellas que corresponden también a un saurópodo de menor tamaño.
Lateralmente y sobre la misma superficie aparecen otras icnitas tridáctilas que forman un rastro algo más difícil de identificar. Unos 30 metros más allá se observan unas areniscas rojas de la formación Vega, que contienen huellas de raíces verticalizadas de color verde pálido, correspondientes a antiguos paleosuelos situados en áreas laterales al cauce de un río jurásico. La distancia entre el panel explicativo y el final del itinerario es de unos 600 metros.
Playa de Vega Ribadesella

El acceso desde la carretera de la costa N-632 se encuentra en los alrededores de la localidad de Torre, unos 6 kilómetros al este de Ribadesella. De ahí parte una carretera asfaltada de 1,8 kilómetros que conduce hasta la playa de Vega.
A escasos metros del extremo oriental del aparcamiento se ven formaciones que contienen abundantes fósiles marinos. Por encima de ellas se dispone una capa de conglomerado de cantos silíceos de un metro de espesor; 8 metros por encima se ve un estrato de arenisca en cuya base hay varias huellas tridáctilas de dinosaurios bípedos. La composición geológica es propia de esta formación Vega de origen eminentemente fluvial. Está poco accesible.
Acantilados de Tereñes Ribadesella

Se toma la carretera de subida a Tereñes hasta llegar a un alto en donde la misma hace un brusco giro a la izquierda, en un cruce de caminos. A partir de aquí, en donde está situado el panel explicativo, se toma una estrecha carretera en ligero descenso durante 200 metros, de donde parte un camino a la derecha que conduce al acantilado.
En esta línea de costa en concreto batía suavemente un mar interior, protegido de los mares más vivos por una formación geológica a modo de dique.
Una vez allí, se comienza el recorrido de derecha a izquierda [hacia el oeste]. Pueden observarse diversas icnitas de dinosaurio, entre las que destacan tres rastros, dos de dinosaurios bípedos y tridáctilos y otro muy espectacular de cuadrúpedos, en el que se ven huellas de manos y pies. Se localizan sobre una roca plana e inclinada como es costumbre en estos casos. La primera cata científica de estas huellas concluyó con "dinoturbación", es decir, una masa de huellas arbitrarias, por efecto de una cita masiva de dinosaurios de toda condición, en el mismo sitio. Sin embargo, desde hace poco tiempo se ha cambiado de teoría. Y es que si se analiza la longitud del paso, el tamaño de las mismas, y la orientación respecto a un eje, se descubre, sorprendentemente [y este es un hallazgo de gran relevancia en la europa continental de los dinosaurios], que los rastros son paralelos entre sí, con una simetría pasmosa que nos dice que aquellos "monstruos" caminaban en manada por aquel lugar, dando un paseo sin prisa y sacando a relucir su comportamiento gregario. En su mayoría las huellas corresponden a bípedos herbíboros, si bien choca apreciar como en lo más alto de la roca otro rastro diferente avanza perpendicularmente hacia las primeras. Tienen mas afilados los dedos, se trata de bípedos carnívoros, los que comúnmemnte se tragaban a los primeros. Entre las huellas de la manada y las del carnívoro pueden haber pasado miles de años.
En una pequeña ensenada a unos 90 metros al suroeste del peñón del Forno se encuentra un bloque de arenisca rojiza caído al pie del acantilado en el que se encuentran huellas tridáctilas de pequeño tamaño creadas por dinosaurios bípedos.
El recorrido total por la base del acantilado que contiene las principales icnitas así como ejemplos muy llamativos de grietas de desecación jurasicas es de unos 400 metros.
Playa de Ribadesella

En el extremo oeste de la playa de Santa Marina, al final del llamado Mirador del Pozu, hay un panel explicativo. Si se mira hacia el sur, se divisan calizas grises del carbonífero que destacan en el relieve de la pared vertical.
Cerca del final del paseo encontramos una alternancia de margas y calizas con intercalación de areniscas, que se prolonga por el acantilado hacia el oeste. Muestra diversos niveles ricos en lamelibranquios muy pequeños, así como grietas de desecación y frecuentes icnitas de dinosaurios. Estas aparecen en la superficie de los estratos como depresiones de contorno ovalado o tridáctilo.
En la misma bajada al acantilado desde el mirador del final del paseo pueden verse algunas de estas huellas. A partir de aquí y siguiendo unos 150 metros hacia el oeste por la base del mismo se encuentra una gran laja de caliza arenosa inclinada al mar unos 80 grados. Sobre ella hay varios rastros de pisadas de saurópodos [cuadrúpedos]. |